Batalla por los huevos de corral: La demanda de una compañía gallega a una empresa de Grañen

El fundador de Corral de Monegros nunca pensó que un día podría verse envuelto en una demanda por el embalaje en el que comercializa sus huevos y por el diseño de la gallina que forma parte de su logomarca.

Fecha: 31-May-2019

Fuente: Hoy Aragón

Carlos Conte viene de una familia de tradición ganadera, desde hace 40 años trabajando el campo y la ganadería en la tierra de los Monegros, en la provincia de Huesca.

Empezó a pensar en la posibilidad de dar un paso más y entrar en el sector agroalimentario. De la recría de gallina campera pasaron a comercializar su propia marca, Corral de Monegros. Hace nueve años convirtieron en realidad aquella idea y fundaron la empresa en la localidad oscense de Grañén, la capital de la Comarca de Monegros.

De la primera granja en la que producían 150 docenas de huevos han pasado ya a 4.000 docenas diarias, con producción en diferentes puntos de Aragón, que da trabajo directo, en el medio rural, a 15 personas e indirecto a otras 10.

El huevo campero sigue siendo su producto estrella, representa el 80% de las ventas, pero han empezado a diversificar con el huevo ecológico, cocido, de codorniz y la tortilla de patata hecha con los huevos camperos, el último producto que han sacado al mercado.

Actualmente, venden ya en diferentes comunidades autónomas, entre ellas, Madrid y Cataluña.

Pero este monegrino tiene, desde hace un par de semanas, el foco puesto en el burofax que recibió con la demanda interpuesta por la empresa Pazo de Vilane, dedicada al sector  de los huevos en Lugo.

“Nunca pensamos que pudiéramos ser una amenaza para alguien”,confiesa Carlos Conte, después de ver cuestionado el embalaje de sus huevos y la gallina que han convertido en imagen de la empresa.

“Si es que nosotros no hemos copiado ningún modelo de negocio, porque los huevos se han vendido siempre”, afirma el propietario de Corral de Monegros, y además, “queríamos resaltar lo tradicional, no abandonar nuestras raíces de las que venimos, del medio rural, de los pueblos de Monegros”.

Es lo que plasmaron en su marca y en sus colores, el verde como símbolo de ese medio rural, de lo natural, y el marrón por ser un color de la tierra de Monegros.

Mientras la propuesta de diseño llegada del propio entorno familiar del fundador de la empresa, “queríamos que fuera algo sencillo, una gallina real, como la dibujaría un niño. En mi casa siempre se ha ligado la gallina a los huevos y es lo que hicimos, representar las dos cosas”.

Tampoco creen que el embalaje de Corral de Monegros tenga alguna similitud con la empresa gallega. Es una caja troquelada que permite ver el producto porque así lo prefiere el cliente, “es una muestra de nuestro compromiso y de nuestra apuesta por la calidad alimentaria, dar garantías a quien compra nuestros huevos”, señala Carlos Conte.

Este emprendedor monegrino, todavía sorprendido por esta polémica, ha respondido ya con estos argumentos a la demanda mientras trata de asimilar cómo “me he visto envuelto en una guerra por los huevos de corral”.