Aplicación práctica de la monitorización con lenguas de nacidos muertos después de un brote de PRRS

La recogida de lenguas de nacidos muertos como sistema de monitoreo de la estabilidad al nacimiento aporta una mayor capacidad de detección del virus PRRS.

Fecha: 28-Mar-2023

Tags: PRRS , lechones , porcino

Fuente: 3tres3

Uno de los objetivos principales después de un brote de PRRS en una granja de cerdas es el retorno a la estabilidad con ausencia de detección de la presencia de virus PRRS en todas las fases existentes en la granja.

La primera etapa para conseguir el objetivo mencionado es la estabilidad al nacimiento, ya que con la ausencia de virus PRRS en los lechones recién nacidos podemos asumir que probablemente ya no está circulando el virus en las cerdas gestantes. De esta forma, la eficacia de todas las acciones implementadas durante y después del brote reproductivo para disminuir la transmisión y excreción vírica en las cerdas gestantes, se podrá valorar en función de la evolución de la detección del virus en lechones al nacimiento.

Durante los últimos años se han desarrollado nuevos muestreos basados en el concepto de muestras agregadas, como es el caso de los fluidos de procesado de lechones descritos por Vilalta el al. (2019) y Trevisan et al. (2019). Posteriormente, el uso de lenguas de nacidos muertos o cadáveres en otras fases se ha posicionado como un sistema de monitoreo con buenos resultados según los artículos de Baliellas y Machado et al. (2022)

La monitorización al nacimiento mediante lenguas consiste en recoger las lenguas de los nacidos muertos como muestra agregada por banda de partos o por un periodo de tiempo determinado. Recomendamos un máximo de 50 lenguas por muestra agregada y almacenarlas en congelación hasta su envío al laboratorio, para poder obtener durante el proceso de descongelación suficiente fluido en la base de la bolsa para realizar la técnica PCR, y así no tener la necesidad de añadir un medio líquido en la muestra que podría alterar el resultado por un efecto de dilución de la muestra original.

Una de las ventajas de la recogida de lenguas de nacidos muertos como sistema de monitoreo de la estabilidad al nacimiento es que las cargas virales de las PCR positivas durante las primeras semanas post brote son mucho mayores (la mayoría de veces Ct entre 20-25) que por ejemplo los fluidos procedentes del procesado. Podemos utilizar la evolución de los Ct de las semanas post-brote para predecir que nos acercamos a la estabilidad al nacimiento cuando el valor Ct tiende a aumentar hacia la negatividad (Ct=>40). Como esta técnica aporta un rango de Ct más amplio que otras muestras, mejora nuestra capacidad de valorar la tendencia a alcanzar la estabilidad de la granja. Con el objetivo de hacer un uso eficiente de los recursos, la recomendación estándar es no tomar muestras de lenguas en las primeras 10 semanas tras el brote ya que muy probablemente serán aun altamente positivas con Ct muy bajos.

Por ejemplo, en este primer gráfico podemos ver que a partir de la semana 20 después del brote, la carga viral de cada bolsa de lenguas de nacidos muertos disminuye porque el valor Ct de los resultados positivos de la PCR aumenta al igual que la frecuencia de resultados PCR negativos hasta alcanzar resultados PCR negativos consecutivos (valores Ct=>40) (Figura 1)

Figura 1. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS.
Figura 1. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS.

En este segundo ejemplo (Figura 2), después de 30 semanas del brote aún no ha aparecido ninguna semana con resultado PCR negativo (valores Ct=>40) y el valor Ct permanece bajo y constante indicando una posible continua recirculación en la fase de gestación. Podemos concluir que las medidas de control no han sido las suficientes y deberían tomarse otras medidas adicionales.

Figura 2. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS.
Figura 2. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS.

En esta situación, recomendamos recoger por separado las lenguas de nacidos muertos de primeros partos y del resto de ciclos para valorar si la causa de la inestabilidad continua es la infección de cerdas gestantes durante el primer ciclo, en la que detectaríamos más muestras positivas y mayor carga viral en las lenguas procedentes de primeros partos.

Figura 3. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS de muestras de lenguas de NM de primerizas y multíparas.
Figura 3. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS de muestras de lenguas de NM de primerizas y multíparas.

Finalmente, en la tercera granja (Figura 4), la evolución se divide en dos etapas. Entre la semana 26 y 38 parecía que la granja se acercaba a la estabilidad por el aumento de frecuencia de resultados negativos de PCR y las cargas virales bajas en los resultados positivos. Alrededor de la semana 40 hay un aumento acentuado de la carga viral en todas las muestras posteriores. La secuenciación de estas muestras positivas determinó la introducción de una nueva cepa en la granja y la causa probable del aumento de carga viral en los resultados de las muestras semanales posteriores.

Figura 4. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS
Figura 4. Evolución de los valores Ct de la PCR en las semanas post brote de PRRS

Podemos concluir que la monitorización con lenguas de nacidos muertos es una técnica no invasiva, fácil, económica y que realizada de forma rutinaria nos permite predecir después de varias semanas de muestreo si nos acercamos a la estabilidad al nacimiento.